"SI NO TIENES LO QUE TE GUSTA, HAZ QUE TE GUSTE LO QUE TIENES"
De tí depende que tu vida sea feliz,debes escoger tus ingredientes.


viernes, 15 de agosto de 2014

"Día Internacional Del Gato Callejero"



Hoy 15 de agosto, es mi santo porque se celebra en Madrid la fiesta de nuestra patrona “La Virgen de la Paloma”.


-He recibido muchísimos WhatsApp, correos, llamadas de teléfono, y felicitaciones de amigos de todo el mundo.

- Raquel mi amiga, me ha regalado una tarta exquisita  capaz de hacer  pecar al más anoréxico, je,je, y ahora descubro que  Jose, una amiga muy generosa que dedica mucho tiempo a cuidar y socorrer gatos abandonados, me ha mandado una reseña contándome que hoy  es el “Día Internacional del Gato Callejero”, así que  como homenaje a los gatos,  les dedico mi entrada, y os cuento la historia de Gali.

-Me crié en una casa muy alegre llena de gente, y cuando tenía tres años, la familia aumentó, porque nos trajimos de un veraneo en la Sierra de Madrid en “Las Navas del Marqués”, a una preciosa gata montesa gris, que se encontraron abandonada una tarde paseando por la sierra, era pequeñísima y la hicieron un biberon con un guante de goma, y la daban leche condensada aguada.

-Mi tía Loti, la llamó Gali, y como mi hermano mayor Jesús Juan, se empeñó en que debía de tener apellido como todo el mundo, la apellidaron Pondia , así que nuestra gatita pasó a ser “Gali Pondia”.

-Gali era enorme y salvaje, así que los niños teníamos mucho cuidado de no molestarla para no sufrir sus bufidos, pero se integró perfectamente en la familia.

-Gali, al ser una gata montesa, echaba de menos la libertad, así que en cuanto estaba en celo, se escapaba y desaparecía varios días, dejándonos a los cinco niños, llorando desolados, porque Jesús Juan, nos decía que nos la había robado un portero de Lagasca al que llamaban “El Comegatos”.

-Al cabo de 6 o 7 días, aparecía  sucia, delgada, llena de heridas y embarazada, así que  cuando llegaba el momento del parto, mi abuelita la preparaba un cesto grande con una toalla limpita , y la acariciaba y la daba de beber , y paría ella sola,  cuatro o cinco gatos pequeñísimos feísimos, que mamaban en un cuarto casi oscuro y que nos prohibían tocar a los niños.

-Gali, no quería que nos acercásemos a sus gatitos, así que en cuanto nos descuidábamos, los escondía en un cuarto grande que teníamos llenos de armarios , como un enorme vestidor.

-El problema es que Gali, luego no les encontraba, y teníamos todos que ponernos a buscarlos, y así una y otra vez…..

-Pero en cuanto crecían un poco ,  y podían comer, había que buscarles casa, así que mi hermano Finín y yo, íbamos con un cesto con 4 gatos por las puertas de los vecinos ofreciéndoles los gatos, y la verdad es que siempre conseguíamos colocarlos, menos un año, que yo me encapriché de una gatita atigrada , y me dejaron quedármela.

-La llamé Chundi, y respetando el apellido materno, pasó a ser Chundi Pondia, y fue el mejor juguete de mi infancia.

- Chundi dormía a los pies de mi cama, creo que fue mi mejor amiga y confidente, y cuando murió una madrugada, me dejó un vacío difícil de llenar.


-Luego, ya casada, he tenido otras gatas, y la última , una preciosa gatita blanca, a la que también llamamos  Chundi, nos ha dejado un vacío terrible, porque era otro miembro de la familia.

-Esta foto es  Chundi, cuando estaba muy gordita.

-Si os gustan los gatos, os aconsejo que adoptéis uno, porque son muy cariñosos, suelen ser limpios y silenciosos,  no molestan nada , en cambio hacen muchísima compañía y te acaban queriendo mucho.